Feromonas felinas

El concepto de "feromona" fue creado a finales de la década de los años cincuenta para definir una sustancia química segregada por las plantas y animales, que utilizan para comunicarse entre ellos.

En el caso de los animales, en concreto los felinos, esta substancia se origina en unas glándulas situadas en diferentes partes de sus cuerpos cuadrúpedos:

• Las glándulas periorales situadas alrededor de la boca

• Las glándulas temporales, que se encuentran en el lateral de la cabeza

• Las glándulas caudales, en la cola

• Las glándulas anales

• Las glándulas situadas en las almohadillas de las patas

• Y finalmente las feromonas también se encuentran en la orina, heces y saliva

Las feromonas más conocidas son las destinadas a la atracción sexual. Las hembras segregan esta substancia química para informar de su estado de celo. Dicho olor puede ser olfateada por los machos a kilómetros de distancia.

Sin embargo, hay cinco tipos de feromonas que los gatos utilizan para transmitir diferentes mensajes, denominadas F1, F2, F3, F4 y F5.

A día de hoy, todavía no se conoce cual es el mensaje concreto con algunas de estas feromonas, no obstante se puede definir tres de las principales funciones de tales componentes químicos:

• La atracción sexual. Como se ha comentado anteriormente las hembras alertan a los machos de su época fértil para procrear.

• Las relaciones sociales y territoriales. Son aquellas feromonas que utilizan los felinos para marcar un territorio o incluso un objeto (o humano) como de su propiedad.

• Situaciones de alarma. Los gatos también sienten estrés o miedo delante de ciertas situaciones. Por ejemplo, cuando arañan con mucho ímpetu están segregando las feromonas de las almohadillas de las patas.

El olor de estas feromonas solo puede ser percibido por otros gatos mediante el órgano Vomeronasal situado en la pared inferior del tabique nasal. La información captada será enviada directamente al sistema límbico, encargado de procesar toda la información que llega al cerebro mediante las sensaciones.

Actualmente, para facilitar la convivencia con un gato, o bien reducir una situación de estrés o ansiedad (como por ejemplo una mudanza), es posible comprar feromonas sintéticas. Antes, no obstante, es recomendable visitar al veterinario.