El equilibrio de los gatos
Los gatos son animales aventureros a los que les gusta mucho los lugares altos y que normalmente consideraríamos peligrosos. Por su fisionomía y agilidad están preparados para disfrutar de estos lugares. Para entender más sobre su destreza y equilibrio hablaremos de ello a continuación.
Como decíamos al inicio la cola del gato es una de las partes fundamentales para su equilibrio ya que le sirve como elemento estabilizador en sus saltos y movimientos.
Los bigotes se usan para identificar el entorno. Digamos que son su antena para descubrir el ambiente. Otra parte muy importante de su fisionomía son sus garras o uñas. Es con ellas que el gato completa esa firmeza en esos espacios tan “delicados” a ojos humanos.
Como habrás podido adivinar, para que la salud del gato esté perfecta debemos cuidar muy mucho estos tres aspectos de su fisionomía. Faltando alguno de ellos el animal estará incompleto, y por tanto su felicidad también.
De todas maneras todas las partes del animal están diseñadas para ser ágiles, fuertes y rápidas. Es por ello también que los gatos pueden realizar espectaculares saltos, sostenerse y mantener el equilibrio en lugares que parecerían impensables, y trepar de forma sencilla y segura.
Para mantener el equilibrio el gato coordina perfectamente los movimientos de sus músculos a las respuestas de su cerebro, adaptándose al ambiente y a la situación que se encuentre.
Cuando camina por lugares altos y angostos usa su cola para lograr dar equilibrio a sus movimientos y no perderlo. Igualmente sus garras entran en acción, aferrándose de manera superficial a la zona donde se encuentra. En caso de necesitarlo se agarra con fuerza a la superficie hasta recobrar su posición.
Normalmente se les ve caminar tranquilos y relajados, pero también corren y saltan por lugares muy peligrosos.
En cuanto a sus demostraciones de equilibrio en los saltos los gatos pueden realizar brincos y también giros para lograr su azaña. Esto es gracias a sus músculos, perfectamente adecuados para ello. Sus patas traseras les permiten impulsarse con fuerza, mientras que su espina flexible le ayuda a lograrlo.
Igual no lo sabes, pero los gatos antes de realizar cualquier maniobra calculan y piensan la forma del salto y las distancias.
Para trepar lo que hace el gato es usar la fuerza de sus músculos, la ligereza común de su cuerpo y la resistencia de sus garras para conseguirlo. Hasta en el momento de un accidente o caída repentina el gato demuestra su habilidad de equilibrio ubicando su cuerpo en forma vertical para caer sufriendo el menor daño posible.
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