Origen de los gatos persas
Uno de los primeros países europeos en los que fue introducida esta raza fue en Francia, donde no se les llamó gatos persas, sino angoras.
Esta raza de gato fue recibiendo cruces con otras clases de gato de pelaje mucho más largo o corto, lo que poco a poco fue creando unos gatos de aspecto bonachón y de pelaje más o menos largo.
Desde su llegada a Europa fue un gato aristocrático. Una de sus más grandes fans (sobre todo de la variedad de gatos persas azules) fue Victoria de Inglaterra.
No podemos decir que los gatos de esta época fueran iguales a los actuales, ya que han sufrido cambios en sus características. En esa época esta raza era de rasgos más alargados y menos chatos que los de hoy.
Los gatos persas en la actualidad
Después de pasar varias décadas siendo gatos exclusivos de la realeza y de personalidades de la música, escritores o gente influyente, el gato persa es en la actualidad una de las razas de gatos más codiciadas por los amantes de los felinos.
Sus características físicas, su carácter bonachón y su versatilidad han hecho de este gato uno de los más apreciados.
Podemos decir que hoy podemos encontrar hasta unos 50 tonos de color en el pelaje de estos gatos, aunque el color inicial de esta raza en sus orígenes era blanco.
Igualmente, debido a los diferentes cruces que se han realizado podemos encontrar hoy en día más de un centenar de tipos de persas que se diferencian por determinados rasgos concretos.
Si bien sabemos que uno de sus rasgos predominantes es su largo, fino y denso pelaje, existen algunas variaciones de acuerdo a su longitud. Otro de sus rasgos característicos son sus grandes ojos redondos, que pueden encontrarse en una variedad de colores desde los dorados hasta los azules intensos.
Los persas hoy en día son utilizados como gatos de compañía y también como gatos de concurso, ya que su gran belleza se presta para hacerlo. La primera participación de esta raza en certámenes la encontramos en 1871, en el Crystal Place de la ciudad de Londres.
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