Estrés felino: causas y prevención


Hablar de estrés en la actualidad no es solo cosa de humanos. Los gatos también pueden presentar episodios de estrés que dañan su tranquilidad y pueden afectar gravemente a su salud.
¿Qué es el estrés felino?
Como en el caso de los humanos, el estrés en los gatos es un momento de mucha tensión nerviosa que puede ser provocado por una gran variedad de situaciones que perturban la psiquis de los gatos.
Este estrés puede verse reflejado en comportamientos anormales en el animal. El problema del que hablamos puede presentarse en cualquier momento de la vida del gato y se ocasionan por interrupciones en la cotidianidad del animal.
Por ejemplo, cambiar de casa es uno de los momentos de mayor estrés para los felinos debido a que la mayoría de gatos no aceptan muy bien los cambios. Este estrés puede ser aún mayor si el cambio de casa se produce tras varios años en los que el gato ha vivido en un entorno tranquilo y estable.
¿Cuáles son las causas y síntomas del estrés en los gatos?
Como decíamos anteriormente, los cambios son uno de los motivos principales de la aparición de este estrés. Los gatos son animales de costumbres, y salir de sus rutinas les altera.
La falta de libertad también les genera nervios. Aunque sea en un entorno controlado, los gatos están acostumbrados a moverse con libertad. Cuando les metemos en una jaula de viaje para llevarle al veterinario, por ejemplo, pueden llegar a sentir mucha tensión.
Si tu gato no es demasiado sociable, el contacto con personas extrañas también puede provocarle tensión. Lo mismo puede ocurrir con el contacto con otros animales. Y el problema puede ser mayor si éstos son de otra especie.
Al hablar de los síntomas que reflejan este estrés, uno de los primeros que tenemos que destacar son los problemas de higiene. En muchos casos, y debido a los momentos de tensión que hablábamos, el gato puede coger la costumbre de orinar o evacuar fuera de su caja.
Otros síntomas que pueden delatarnos este problema son los problemas para comer, la aparición de diarrea o incluso temblores corporales. Aunque una de las formas de manifestarse el estrés gatuno más normal es que el gato tienda a esconderse, generalmente en lugares altos o apartados de todo.
Prevención y tratamiento del estrés felino
La mejor forma de tratar este mal es a través de soluciones preventivas. Lo que debemos hacer es tratar de evitar que estas situaciones que puedan provocarles estrés se presenten.
Y como es difícil evitar que amigos vengan a casa o no tener que llevar al gato al veterinario, lo mejor que podemos hacer es socializar a nuestro gato desde muy pequeño al contacto con otros humanos y con otros animales, y acostumbrarlo a los cambios de una manera gradual.
¿Y qué hacer en momentos de estrés, si éstos ya se hubieran presentado? Lo mejor es ayudar al gato ofreciéndole un ambiente tranquilo lo más rápido posible. El veterinario puede recetarte para estos casos el uso de sustancias como feromonas.
En cualquier caso es bueno estar atento al comportamiento de nuestra mascota y ayudarle a recobrar la tranquilidad que se ha perdido.
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