Higiene y cuidados de gatos persas


El gato persa tiene un cuerpo redondo y musculoso, una cabeza grande, unas patas cortas y un pelaje muy abundante y sedoso, y sus características físicas han ido evolucionando al ser creado artificialmente a través del cruce de varias razas. Es un gato afable y de carácter tranquilo, es por eso por lo que este animal nos facilitará en la medida de lo posible su higiene.
Para mantener un aseo óptimo, es necesario adquirir algunos productos que serán esenciales para el cuidado de este tipo de raza (y en general de cualquier otra) y otros específicos adaptados a su tipología concreta.
En este sentido, se necesitará un cajón sanitario y una bolsa de arena para distribuirla en su interior. Otro artículo vital es un rascador para gatos, muy útil para que nuestra mascota no termine destruyendo nuestro mobiliario.
Por último necesitaremos un elemento clave para el cuidado de los gatos persas: un cepillo blando y manejable preferiblemente de cerdas naturales y varios peines de diferente grosor. Los cepillos de nylon no son aconsejables en este sentido porque provocan electricidad estática.
El aseo en los gatos persas debe realizarse cada día. Hay que cuidar su gran melena para que mantenga su brillo y suavidad y no se enrede demasiado. No debemos olvidar que si se trata de un animal que está en continuo contacto con el exterior, las hojas, hierbas y demás elementos extraños podrán quedarse adheridos a él. Además, precisamente por su gran pelaje resulta difícil poder detectar posibles heridas o cortes salvo que su cuidado sea regular.
Debemos peinar su cabellera siguiendo el mismo sentido del pelo y de una forma suave para que el animal tome conciencia de esta actividad, convirtiéndose con el tiempo en una experiencia familiar agradable. Después lo peinaremos en sentido contrario para evitar que ningún cuerpo se quede pegado. En este sentido, el peine de púas anchas puede ser muy eficaz para desenredar cualquier posible nudo formado.
A continuación, utilizaremos el último peine de dientes más estrechos para terminar la labor de forma efectiva. Llegados a este punto, hay que tener en cuenta que el animal se muestra especialmente sensible con ciertas partes de su cuerpo como son la cola, las patas y su parte inferior.
En cuanto al baño se recomienda utilizar agua tibia y utilizar un champú específico para gatos de forma que no pueda dañar sus ojos u orejas. La forma de proceder es la siguiente: lo primero es remojar el gran pelaje, aplicar el champú y aclarar varias veces para evitar irritaciones en su piel.
Para que su pelo tenga un aspecto sedoso, no hay que utilizar un champú seco y, a fin de que luzca vigoroso, llevar a cabo un masaje enérgico con una toalla. Lo último que queda por hacer es peinar, tal y como ya hemos mencionado, eliminando cualquier posible enredo.
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