¿Premios o castigos para educar a nuestros gatos?


Todos los que tenemos gatos cuando hemos sido primerizos hemos tenido un duda existencial a la hora de educar a nuestros pequeños o a la hora de corregir ciertos comportamientos. ¿Hay que tener una actitud muy estricta con ellos o es mejor ser tolerante y guiarles en su instrucción?
Siendo estrictos y poco permisivos lo que le trasmitimos al animal es que tiene que obedecernos por su bien, porque de lo contrario recibirá una reprimenda. Con la segunda postura que hablábamos, la de la tolerancia, lo que le decimos es que si nos obedece será premiado y recompensado.
Pero, ¿cuál de las dos posturas es la correcta? ¿Castigar o recompensar? En el siguiente artículo intentaremos explicar cual de las dos metodologías da mejor resultado.
Con los gatos ocurre algo muy parecido a lo que ocurre con los seres humanos: reaccionan mejor ante los refuerzos positivos que ante las amenazas. Saber que si hacen algo bien trae un premio les hace hacerlo con más ganas que sabiendo que de equivocarse recibirán una reprimenda. De hecho esta segunda opción puede hacer que nuestros animales se muestren nerviosos, tímidos y en algunos casos incluso violentos.
Para refrendar esta teoría veremos un caso práctico que ocurre con los gatos por regla general y que apoya la teoría de que los gatos reaccionan mejor ante acciones positivas repetitivas.
Todos los días a la hora de la comida habrás notado que al ir hacía la cocina para abrir el armario en el que guardas la comida de tu mascota el gato te acompaña maullando e incluso frotándose contra tus piernas. Esto se debe sencillamente a la fuerza de la rutina.
El gato sabe que la apertura de ese armario en esa franja del día conlleva un momento agradable como es la comida, y sin tener que enseñarle nada nosotros ha realizado ese momento con un aspecto positivo y le han inducido a ese comportamiento positivo.
El refuerzo que le demos al animal debe ser algo que le hace mucha ilusión y que no tiene habitualmente. Lo normal es que utilicemos golosinas para gatos, aunque es importante que hables con tu veterinario para que te aconseje unas que no hagan que su alimentación se desequilibre.
Las palabras positivas y las caricias también son excelentes recompensas que podemos darle a los mininos.
¿Cómo dar estos refuerzos? Estos refuerzos no tienen que ser constantes ni eternos. Al principio si deben ser siempre que haga la acción bien, pero poco a poco iremos alternando la recompensa para que no sienta que siempre que lo haga tendrá premio. De esta forma la instrucción nos saldrá del revés.
Como decíamos tampoco tendrás que recompensarle de por vida. Tres semanas o un mes después de corregir el comportamiento es un buen momento para dejar de recompensar al animal. Ahí ya tendrá el habito asimilado y no volverá a realizar eso que no queremos que realice.
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