Gatos que se lamen demasiado


"Limpiándose constantemente, el gato es el animal más limpio y más desprovisto de virus que hay y merece ser acariciado” Esta frase pronunciada por Louis Pasteur, el inventor de la vacuna antirrábica, nos da una idea de la limpieza de nuestras mascotas.
Pero una limpieza excesiva y compulsiva puede ser signo de otros problemas, como veremos en el siguiente artículo.
Y es que como todo dueño de gato sabe, éstos son meticulosamente limpios. Su comportamiento higiénico le permite al animal mantener la limpieza de su pelaje, expulsando de él parásitos y objetos extraños.
Éste es un comportamiento importante y frágil. Importante porque ocupa una parte significativa de su tiempo de actividad (entre un 10 y un 30% de su tiempo lo dedica a acicalarse), y frágil porque se altera fácilmente con los cambios ambientales. Por ello generalmente un cambio en sus rutinas higiénicas es un síntoma precoz de enfermedad.
El lamido de los gatos es casi una rutina sistemática, yendo desde la cabeza hasta la cola. Aunque abarca casi todas las partes de su cuerpo, siempre empezarán por la cabeza. Las áreas que más limpian son la zona alrededor de la boca (sobre todo después de cada comida, especialmente si el alimento es húmedo), el cuello, el pecho, los hombros y la espalda.
Tras el acicalado con la lengua, el gato también usa sus dientes para atrapar parásitos. Los incisivos los utilizan principalmente para la limpieza de los espacios interdigitales y para desenredar mechones enredados.
Además de una función higiénica, el lamido y el acicalamiento también tienen una función calmante. El acto de lamerse desencadena la producción de endorfinas endógenas, lo que da a esta rutina una función ansiolítica (tranquilizante), lo que explica por ejemplo que los gatos se laman tras situaciones conflictivas (como cuando acaba de perder una presa) o frustrantes (por ejemplo cuando quiere entrar en una habitación y no se lo permites). Lamerse le hace al animal recuperarse de sus emociones.
Más allá de lo que es normal, a veces nuestras mascotas se lamen frenéticamente simplemente porque les duele algo, ya sea el dolor de una inflamación (eczema, alergias, etc.) o por problemas por picaduras de pulgas. Con su inusual lamido intenta aliviar la irritación o el dolor. En estos casos notaremos como su tiempo de acicalamiento es mucho mayor de lo habitual.
Otro ejemplo de lamido excesivo lo encontramos en los gatos afectados por cistitis (inflamación de la vejiga). Tratando de aliviar el dolor, algunos gatos llegan a quitarse todos los pelos del estómago. Si adviertes un lamido poco habitual en tu gato, no tardes en consultarlo con tu veterinario.
El hecho de que el lamido despierta la producción de endorfinas, naturalmente alivia a nuestros animales, pero también se acompaña de una liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer. Algunos gatos no pueden dejar de sentir estas buenas sensaciones y pueden llegar a adoptar el llamado TOC o trastorno obsesivo compulsivo. O lo que es lo mismo: se lamerán obsesivamente durante todo el día. Este tipo de conductas es más frecuente en gatos siameses, abisinios, burmeses e himalayos, aunque éstos últimos en menor medida.
Con tecnología de Blogger.