Ansiedad felina


Un problema que sufren nuestras mascotas y que pasa en ocasiones desapercibido para nosotros es el de la ansiedad. Es bastante más frecuente de lo que podemos pensar a priori. En la vida de un gato puede que hayan varios episodios de ansiedad felina sin que seamos conscientes de ello.
Generalmente los problemas de ansiedad en los gatos se presentan cuando su ambiente se ve modificado  por determinadas razones. Un cambio de casa, la llegada de un nuevo animal, un nuevo miembro en la familia, etc. Los gatos son animales de costumbres, y los cambios pueden llegar a afectarles.
La angustia que representa la ansiedad en el gato es un estado en el que el animal se encuentra más receptivo emocionalmente y está mucho más atento a lo que sucede en el ambiente.
Síntomas de la ansiedad felina
La ansiedad en los gatos se detecta a través de una serie de cambios que se presentan en el organismo del animal. Cuando un gato está estresado pueden presentarse variaciones en la solidez de sus heces, mucho más blandas de lo normal, o sudoración en las patas. Además, en casos de mucha ansiedad, pueden presentarse incluso taquicardias.
Al presentarse estos síntomas lo mejor es consultar con un veterinario la situación y explicarle las situaciones concretas que pueden estar afectando a nuestro gato. Al conocer las razones, es mucho más fácil tener un diagnóstico y buscar un tratamiento acertado.
Cambios en el comportamiento del gato
Igual que antes hablábamos de cambios en el organismo del animal, la ansiedad también se muestra con cambios en los comportamientos del gato. Uno de ellos, y tal vez el más común, es que se reduce la ingesta al mínimo de alimentos, pudiendo incluso de dejar de comer.
Aunque también se puede presentar el caso contrario, en el que el gato se muestra ansioso y empieza a ingerir mucho más alimento del habitual.
Existen otros cambios que pueden llegar que afecta a su higiene diaria, pudiendo llegar a advertirse también cambios para ambas direcciones: o un exceso de acicalamiento o una ausencia total de ella.
El estrés felino, al ser provocado generalmente por un cambio en el día a día del gato, también puede generar que el gato marque territorialmente ese nuevo elemento que hay en su vida. Ese nuevo elemento le altera y quiere demostrar su supremacía territorial.
En los casos más extremos el gato se vuelve completamente pasivo y vigilante, pudiéndose tornar agresivo en casos en los que se sienta amenazado directamente.
Como hemos visto, la ansiedad felina es un tema delicado ya que debido a su naturaleza territorial tienden a sentirse afectados por la más pequeña interrupción en su ambiente. Si observas alguna de los síntomas que comentábamos, lo ideal es que acudas a un profesional para analizar las causas que generaron la ansiedad y para saber con que tratamiento proceder.
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