Alergia a los gatos. ¿Qué hacer?


Si tú o alguno de tus amigos y familiares son alérgicos a los gatos quizás ahora mismo se encuentren con la disyuntiva de atender al doctor o al veterinario. El primero les aconsejará deshacerse del gato, mientras que el segundo estará defendiendo completamente al pequeño felino.
Afortunadamente es una decisión propia. Ahora mismo los que amen a su animal a pesar de cualquier alergia pueden tomar algunas medidas básicas para hacer más fácil la convivencia con el gato en el hogar. No es necesario sufrir una dolorosa separación. A continuación os explicamos como surge el problema y cómo podemos controlarlo.
El origen de todo
Es cierto que los pelos no son los causantes de la alergia, sin embargo son también una parte del problema. Resultados de investigaciones publicados en la revista científica The Journal of Immunology, así como un estudio de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, coinciden en identificar la misma proteína presente en la piel del felino como la responsable de la reacción alérgica.
La proteína Fel d 1 está presente en la caspa (escamas de piel muerta) del gato, así como en su saliva, por tanto en el momento en que la mascota está acicalándose, también impregna los pelos con esta molécula alergénica.
Soluciones a corto y largo plazo
El mismo estudio de Cambridge ha descubierto que una toxina ambiental es responsable de incrementar e intensificar la respuesta inmunológica del organismo humano ante la presencia de la proteína Fel d 1. Este resultado permitirá avanzar en la creación de medicamentos específicos contra este tipo de alergias.
Mientras tanto existe la posibilidad de reducir al mínimo los síntomas de las alergias sin tener que renunciar al gato. ¿Cómo? Intentaremos desvelarlo en las siguientes líneas.
Los síntomas, que pueden ir desde reacciones alérgicas comunes como estornudos frecuentes y la irritación de los ojos, hasta inflamación en las manos o un agravamiento del asma en personas que ya la padecen, son reducibles al mínimo cumpliendo las medidas que enumeramos a continuación:

1. Aumentar la frecuencia y extensión de la limpieza.Debemos ir desde la limpieza obligatoria de todas las alfombras con un limpiador específico para ellas (una aspiradora común podría agravar el problema) al menos cada dos meses, hasta reducir la presencia de alfombras en la casa. La ropa de cama debe lavarse cada 15 días o menos y evitar que el gato permanezca en la habitación, la cual debe estar abierta, limpia y aireada el mayor tiempo posible.
2. Bañar y cepillar al gato semanalmente. Esta operación debe realizarla una persona que no sea alérgica. Pueden usarse productos antialérgicos del mercado (siempre adquiridos en tiendas especializadas) sobre la piel del gato durante el baño, siempre habiendo consultado antes al veterinario acerca de su aplicación.
3. Utilizar medicamentos recetados por tu doctor para la alergia. Comúnmente los antihistamínicos estándar reducen eficientemente cualquier síntoma alérgico. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los antihistamínicos provocan somnolencia al menos durante un periodo de adaptación inicial, por lo que se debe tener precaución al utilizarlos antes de conducir o realizar cualquier otra actividad que requiera total atención.
Un gato en casa es un compañero excelente a cualquier edad. Puede resultar una compañía muy agradable y un recipiente de amor para todos los miembros del hogar. Tener en cuenta estos tres aspectos, hará perdurar esa amistad.
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