El embarazo de las gatas


Uno de los momentos en los que más cuidado debemos tener con nuestras mascotas es el embarazo. El embarazo de las gatas es una etapa que debemos conocer muy bien los dueños de estos hermosos animales para entender su proceso y conocer los cuidados que las gatas requieren.
La gestación tiene una duración de 2 meses aproximadamente, rondando los 57-63 días. A las dos semanas de la fecundación ya notamos los primeros síntomas que nos indican que la gata está embarazada. Sus pezones suelen tornarse un poco más grandes y rosados. Igualmente notaremos un incremento en el apetito y también un tamaño mayor de su abdomen.
En esta época a la gata se le debe suministrar mayor cantidad de alimentos y de nutrientes. Igualmente debemos seguir estas pautas después del parto, al menos durante un mes más, ya que el proceso de amamantar requiere de grandes cantidades de energía.
Tras las semanas de gestación comienza el periodo de parto. Lo apreciaremos porque la gata reduce casi completamente su actividad y aumenta súbitamente su apetito.
Aunque no es hasta esa etapa cuando la gata inicia el lugar donde dar a luz, es importante tener preparado ese espacio con antelación. Prepara varios lugares tranquilos, alejados del bullicio y cálidos entre los que pueda elegir.
Momentos previos al parto notarás como la gata se muestra mucho más inquieta, no para de caminar e incluso maullara con insistencia. Conforme el parto sea más inminente, esta actividad cesará y apreciarás que la gata se colocará indefinidamente en el refugio que haya seleccionado para parir.
En ese momento es recomendable dejar sola a la gata o que solo se acerquen las personas con las que más confianza tenga, ya que pueden presentarse problemas y es posible que necesite ayuda para tener los gatitos. Pero siempre es importante mantenerse al margen, dándole suficiente espacio.
La  posición normal para parir es muy parecida a cuando está en su caja de arena. El primer gatito del parto puede o no salir con placenta. Cada uno de los pequeños tiene su propia placenta. Si ésta no se rompe sola, será la madre la encargada de desgarrarla con sus dientes. Este mismo proceso ocurre con el cordón umbilical.
En general y dependiendo del número de crías el parto puede durar de dos a cuatro horas, aunque puede alargarse hasta doce horas. Más de ese tiempo no es normal que se prolongue un parto. Si se diera el caso lo mejor es consultar rápidamente al veterinario.
Tras el parto la gata se queda agotada, por lo que es conveniente colocar alimento y agua fresca muy cerca de ella.
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